dimecres, 11 de maig del 2011

Me supera la impotencia!

No deja de sorprenderme que cada vez más adolescentes pongan en peligro sus vidas por el simple hecho de gustar a los demás, dejándose llevar por los cánones estéticos que la sociedad nos impone a fuerza de anuncios publicitarios con mujeres espectaculares, modelos de piernas interminables, bellezones en vallas publicitarias, cuerpos prácticamente esqueléticos sin un gramo de grasa… sin duda, un duro trabajo debemos realizar los padres y los educadores para incrementar la autoestima de nuestros jóvenes y que no se vean atrapados en esta trampa de “cuerpos perfectos”. Lamentablemente, conozco ya diversas familias que han pasado o están pasando por el duro trance de la anorexia en sus hijas e hijos… con el desgaste que ello conlleva para la buena harmonía familiar que, en muchos casos, termina con la ruptura de sus progenitores.

Pero más sorprendente es todavía que, mujeres adultas, incluso algunas que ya son mamás,caigan cada vez más en este tipo de trastornos.
Y hago esta reflexión porque ayer lo viví, una vez más, muy de cerca… Una mamá del cole de mis hijos (con un niño que está en la clase de Sandra desde P3)  joven, guapísima, con dos hijos maravillosos y un marido que la adora, se quedó con unos quilos de más a raíz de su segundo embarazo. Hace poco más de un año, decidió someterse a una dieta estricta, supuestamente bajo control médico y con ayuda de batidos y demás compuestos que obtenía mediante compra on-line, consiguió bajar los quilos que le sobraban (bajo mi punto de vista, perdió mucho más de lo que debía…) Cuando la vi al empezar el curso escolar, estaba irreconocible, jamás había estado tan delgada, demasiado para mi gusto, pero ella se sentía feliz, estupenda! Se cortó el pelo, lucía modelitos más propios de quinceañeras que de mamá casi cuarentona, pero se atrevía a lucir prendas en las que jamás había podido “entrar”, su autoestima subió como la espuma e incluso bromeaba diciendo que su marido había cambiado de mujer… Estaba pletórica!

Por horarios de trabajo, coincidimos poco en el cole, yo por las mañanas los dejo muy temprano y ella por las tardes no puede recogerlos, siempre se los lleva el abuelo. Tampoco había podido venir a las últimas cenas de mamis, así que desde septiembre no la había vuelto a ver, hasta ayer, que me casi me la crucé por la calle… y digo casi, porque íbamos por la misma acera, una en dirección a la otra, pero al verme, cambió de acera, cabizbaja, y evitó el saludo. Era ella, sí, pero nada tenía que ver con la que había visto meses atrás… volvía a estar irreconocible, pero ahora no sólo había recuperado los quilos que perdió, sino que creo llevaba unos cuantos más sobre su cuerpo y lo que es peor, los llevaba sobre su cabeza, como una losa, hasta el punto que le impedían hacia adelante con la frente bien alta…

Esta mañana he visto a su hermana y no podido evitar preguntarle. No por cotilleo, ha sido por preocupación, por saber si podíamos hacer algo por ayudarla. Intuí que estaba muy mal anímicamente y me fui a dormir intranquila y dándole vueltas a la cabeza. Como es posible que una mujer que podría ser inmensamente feliz, centre su vida entorno a su cuerpo?? Que le puede haber pasado? Como podría yo ayudarla, si es que se dejara? Podría hablar con ella ahora, si no ha sido capaz ni de saludarme?

Los motivos por los que ahora está inmersa en una profunda depresión no son otros que sus quilos… en cuanto dejó de tomar los potingues carísimos que tomaba, empezó a recuperar peso, hasta el punto de caer en el pozo en el que se encuentra. No quiere ver a nadie, no acude a encuentros familiares, ni cenas con amigos, ni cenas de mamis… va de su trabajo a casa y de casa al trabajo. Por supuesto, misión imposible intentar hablar con ella… La familia ya no sabe que hacer, están intentando que acuda a un psicólogo o a terapia de grupo.

Es increíble la fragilidad de nuestra mente. Como podemos caer a lo más profundo en cuanto menos lo esperamos.. lo importante que es estar anímicamente saludable y con suficiente fuerza mental para afrontar todas las inclemencias que nos depara la vida.
Que puede pasar por la mente de esta mamá para que no encuentre, ni en sus hijos, la fuerza necesaria para salir adelante??
Sólo deseo que sea capaz de valorar lo que tiene y se ame a sí misma por lo que ella es, una gran persona, una mujer fantástica, una mamá ejemplar, una hija amada y rodeada de gente que la va ayudar y que la quiere un montón!!

Preciosa… agafa ben fort la mà, la que vulguis, tan sols una de les moltes que t’oferim…

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