"Estaba justo aquí..." -dijo con gesto de
desconcierto, llevándose las manos a su pecho, mostrándole el hueco que
atravesaba su cuerpo- Es que así se sentía de vacía, sin encontrar su
corazón... perdido por algún rincón... Latía, fuera de ella, como quien escucha el tic-tac de un reloj poniendo ritmo alrededor...
El la miró... y sonrió. En lugar de ponerse a buscar, encajó las palmas de sus manos, atrapando todo el dolor en el centro de su amor... Lo acercó hasta aquel hueco y observó, que sin esfuerzo, esas palmas encajadas eran horma en esa forma, de aquello que ella perdió o quizás... olvidó en algún cajón...
Y sin apenas rozarla, con el simple susurrar de la piel y la carícia de su voz... la transparencia, se opacó... y se fue volviendo translúcida hasta convertirse en una luz incandescente que llenó todo su interior... y en la noche, salió el sol...
El tic-tac en su interior, volvió a latir con pasión... su corazón... encontró.
Ella se sonrojó, entre sorpresa y admiración...
El... le sonrió... se encogió de hombros, y se marchó... (...)
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