divendres, 30 d’agost del 2013

No pedí nada

No pedí nada
aquella tarde nublada...
Ni siquiera ver el sol
ni escuchar a la razón...

No pedí nada
y recibí todo...

Tuve estrellas en mi cama
y por la luna fui arropada,

acurrucaron mis sueños
con los ojos bien abiertos,
construyeron realidades
con cimientos de verdades....
Dedos que besaron mi alma,
almas que acariciaron mis besos...

Ni pedí nada...
Ni siquiera en las oscuras mañanas
con la almohada empapada
de derramar tantas lágrimas...

No pedí nada...
Y recibí la calma...
El cobijo de unos brazos
las sedas de los abrazos,
eternas noches sin reloj
al tic-tac de un corazón
que latía para dos....

Y así fue como recibí
aquel regalo... Sin pedir...
Los regalos, no se piden
ni las carícias se suplican,
ni el amor, si es de verdad,
entiende de caducidad...

Y ahora pido.
Pido mucho...
Quizás pida demasiado.
Pero el cuerpo está cansado
de superar tantos peldaños
de escaleras con engaños...

Y ahora pido...
Y pido más.
Ahora pido toda la paz
de amar siempre en libertad...

Y ahora pido...
Ahora pido no olvidar
lo que es saber amar...

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