"Nada más poderoso que el amor... excepto la telaraña que columpiaba a los elefantes. Esa sí que era fuerte !!"
De lo que sea que esté hecha esa telaraña, debe ser del mismo material
del hilo por el cual están unidas nuestras almas. Un hilo fino, casi
invisible, pero capaz de soportar el maldito peso inmaterial que en
ocasiones brinca alocadamente sobre él, haciéndolo temblar y
sacudiéndonos como si fueramos marionetas en manos de una tormenta... Y
se contrae, y se expande. Y, sorprendentemente, lejos de romperse, nos acerca un poco más en cada sacudida...
Ese hilo debe ser mágicamente indestructible... palpita, se inquieta,
se excita (nos excita) en cada tremenda oscilación. Como ese dulce y
excitante temblor de nuestras almas haciendo (se) el amor...
Lo sientes, verdad?
Estoy segura que lo puedes sentir. El hilo me lo acaba de decir...
Estoy segura que lo puedes sentir. El hilo me lo acaba de decir...
© nsq & Nía Murtal
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