Cada cita tiene un lugar;
un bar, una plaza,
una estación
La primera, además, tiene un don;
tiene magia, tiene duende
y emoción...
Pasó el tiempo y ahora estás
en aquel mismo lugar, reflejado
en el mismo suelo inundado de recuerdos
Has llegado -sin saber cómo-
en el intento de ordenar los pasos
de tu historia sobre el asfalto
Y aunque hubo otras citas
y otros lugares
solo en este existe el temblor
que derrumba lo anterior
Y ahora empiezas, con el mundo
del revés -y ese don del primerizo
que te acerca a lo divino-
Cogiendo ruinas con las manos
-aún temblando-
Y construyendo
tu nuevo asfalto
© Nía Murtal
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