dijous, 27 de juny del 2013

Caos


(...) Por más que lo intentaba, no lograba ordenar todos los pensamientos que se iban amontonando en su cabeza... incapaz de clasificarlos e irlos poniendo cada uno en su lugar, incapaz de distinguir entre los que debía guardar en el cajón más tierno de su corazón y los que debía deshechar definitivamente.... Ella, que siempre tenía el corazón repleto de carpetitas con sentimientos debidamente ordenados, ahora se sentía desbordada por todas las incontables gotas que, de a poquito, la iban empapando hasta el punto de sentir su alma encharcada...
Deseaba abrirse el pecho, arrancar los pedacitos de dolor... colocar todas las sensaciones sobre el suelo... carpetitas esparcidas y sin orden... porque no había orden posible ni lógica que pudiera entender la razón... Poder observarlos, tocarlos, acariciarlos, sentirlos, comprenderlos... incluso poder llegar a amarlos desde el exterior... y ser capaz de unirlos. Unirlos con sentido... formar una cadena con todos y cada uno de los eslabones hasta obtener una bonita gargantilla que luciera en su cuello... Transformar la pesante e inconexa masa de hierro encadenada a su alma, prisionera del caos más absoluto, en una sutil y leve carícia... desde su sien hasta su pecho... desde las lágrimas, a su lamento... hasta completar lo incompleto y el comprender... placentero... (...)
 

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