separar todo el sentir
ni millas que te aparten
de allá dónde quieras ir.
No será largo el camino
si lo quieres conseguir...
Camina, lentamente,
y mira siempre de frente.
Lleva abierto en tu mano
el corazón, destapado.
Si puede ser, transparente
para tener siempre presente
lo que de dentro florece.
Escucha su latir
y no lo hagas sufrir...
Sólo él te guiará
a dónde quieras llegar.
No habrá distancia, ni imposibles
si escuchas lo que te dice...
Son tus ojos, y tus pies,
es tu guía y tu motor...
Te ofrece todo su amor.
No traiciones su verdad,
él no te engañará...
Y si un día lo haces
sin rencor, seguirá a tu lado
sentirás en tu piel
su tacto aterciopelado,
aliviándote del dolor
para que el miedo no te impida
poder cambiar de vagón
si él cree que es mejor...
Te dará fuerza y valor
para seguir su consejo
y si lo cree necesario,
buscar otra estación.
Te devolverá la suavidad
ofreciéndote la confianza,
que un día la mentira
se llevó con maldad.
No existirá venganza...
sentirás felicidad.
No te pares, adelante
sigue hacia la eternidad,
verás que lo lejano
lo puedes tener al lado,
que el sueño inalcanzable
te ofrecerá su mano
para que puedas obtener
todo lo que te faltó ayer...
Sin distancias, sin temor
recoge todo su amor,
goza de cada amanecer
y saborea el atardecer
que te ofrecerá el andar
sin querer mirar atrás,
si sientes que él te dice
que aún puedes cambiar de tren...
que no existe el destino,
que tú eres el camino...
Camina, sin parar...
hasta dónde quieras llegar.
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